.

.

martes, 14 de marzo de 2017

De rodillas

Él me ordena que me ponga de rodillas y yo obedezco. El contacto con el frío del suelo me pone la piel de gallina y me eriza e pelo de la nuca. Mantengo mi espalda recta ya que no quiero apoyarme en la pared que tengo detrás. Permanezco con mi cabeza agachada y espero en silencio sus indicaciones. Él me empuja suavemente de la barbilla obligándome a alzar la cabeza y mirarle.

Está sonriendo de una manera que me da escalofríos.

Se separa un poco de mí y comienza a quitarse el cinturón. El sonido de la hebilla abriéndose y del cuero rozando el metal hacen que mi cuerpo tiemble y se encienda. Desabrocha el único botón que tiene su pantalón y baja la cremallera. Después libera su miembro de los calzoncillos y se acerca unos pocos pasos. Está cerca pero no lo suficiente como para que pueda alcanzarle sin mover la cabeza hacia delante. Lo veo frente a mí, tan duro y enhiesto que me cuesta horrores resistir la tentación y no abalanzarme hasta él.

Él se acaricia el miembro mientras me mira y le oigo soltar una risita.

-          Abre la boca y no te muevas – me ordena con voz firme.

Coloco mis manos a la espalda y abro la boca. Él se vuelve a acercar un poco más.

-          Ahora saca la lengua.

Obedezco. Dejo mi lengua fuera de mi boca y espero. Él vuelve a acercase.

El extremo de su miembro casi roza mi lengua y estoy segura de que puede notar el calor que desprende mi boca. Levanto la vista lo suficiente como para que la punta de su miembro roce mi lengua durante unos segundos. Cuando se separa, un leve gemido se escapa de mi garganta.

Posa sus manos en mi cabeza y sujeta mi pelo enredando mi melena entre sus dedos. Me tiene tan firmemente sujeta que no soy capaz de mover ni un músculo.  Adelanta sus caderas poco a poco y me introduce el miembro en la boca. Empuja y empuja cada vez más fuerte mientras yo me quedo completamente quieta. Cada vez que su miembro llega hasta el fondo de mi garganta y me sobrevienen las arcadas puedo notar como mi sexo se hincha y humedece terriblemente.

Mis ojos, clavados en los suyos, están llorosos por la furia de sus embestidas. De las comisuras de mis labios se escurre la saliva que soy incapaz de tragar.

Finalmente suelta mi cabeza y se separa de mi liberando así mi boca. Aprovecho para tomar aire y respirar. Se lleva las manos al cuello y deshace el nudo de su corbata. La desliza por mi cuello hasta que sostiene cada uno de los extremos con una de sus manos.

Sin darme tiempo para reaccionar tira de la corbata atrayéndome hacia su cuerpo y clavándome su miembro directamente en la garganta de un solo golpe.

Me sobreviene una arcada y de mis ojos cae lágrimas. Me tiene totalmente bajo su control. Noto la corbata presionando contra mi nuca impidiendo que me eche hacia atrás. Su miembro, totalmente empapado por mi saliva, entra en mi boca sin esfuerzo alguno.

Sin previo aviso vuelve a separarse de mí y quitando la corbata de mi cuello me agarra por el pelo y me obliga a apoyarme contra la pared.

-          Levanta las manos por encima de tu cabeza

Le miro sin llegar a entender del todo sus intenciones pero obedezco diligentemente.

Él agarra mis brazos y junta mis muñecas para luego atármelas con la corbata. En esa posición mi cuerpo se arquea y me hace alejar la cabeza de la pared. Él se coloca frente a mí y me mira a los ojos mientras yo sigo con la boca abierta.

Me sujeta por las muñecas y adelanta su cuerpo para volver a llenarme la boca aunque esta vez lo hace de modo más salvaje y rápido.  Con sus movimientos y la fuerza que pone en ellos es capaz de mantenerme la cabeza pegada a la pared.

Puedo notar cómo las lágrimas ruedan por mis mejillas uniéndose a la saliva que escapa de mis labios.


Le oigo gemir cada vez que su miembro choca contra mi garganta produciéndome arcadas. Sólo se separa de mi unos segundos para dejarme recuperar el aliento. El placer es tan intenso que apenas puedo pensar, solo puedo gemir y temblar esperando ansiosa por su orgasmo que no tarda en abrirse camino por su miembro para estallar en mi boca y deslizarse caliente por mi garganta en una embestida profunda.




No hay comentarios:

Publicar un comentario