A estas horas de la noche no hay prácticamente nadie por la
calle. Espero que venga el autobús nocturno sentada en el banco de
la marquesina. Afortunadamente es verano y hace buen tiempo para
esperar al aire libre. Por fin llega y subo ante la despreocupada
mirada del conductor. Como mi parada está un poco lejos y el autobús
está bacía me decido a sentarme en la parte de atrás del todo
junto a la ventana.
En la siguiente parada sube un chico joven que se sienta en el
asiento que tengo enfrente. Cruzamos las miradas y me sonríe.
Avergonzada, giro mi cabeza hacia la ventana pero a través del
reflejo en el cristal puedo ver que sigue mirándome. Un escalofrío
recorre mi cuerpo de arriba a abajo. Hay algo en él que despierta
sensaciones en mi interior pero no logro descifrar el qué. Le miro
de reojo y cruzo las piernas lo que hace que mi falda se suba y deje
más al descubierto mi pierna. Él traga saliva. Esto empieza a
divertirme.
Haciéndome la distraída me aparto el pelo del cuello provocando
que uno de los tirantes de mi camiseta se deslice por mi hombro y que
mi escote se vea mejor. Él se levanta y se sienta a mi lado. Agarra
entre sus finos dedos mi tirando y lo coloca en sus sitio con mucha
lentitud. Sin decir nada baja su mano y la posa en mi rodilla. Con la
yema de sus dedos recorre mi piel provocando que se me acelere el
corazón. Sigue avanzando por mis muslos hasta que su mano queda
oculta por mi falda y sus dedos se topan con mi ropa interior. Me
acaricia por encima de la tela y yo, inconscientemente, separo mis
piernas dándole mayor accesibilidad a mi sexo.
Él acaricia mi clítoris y lame mi cuello hasta que nota cómo he
mojado totalmente mi ropa interior. Deja escapar una risita y se
levanta del asiento para arrodillarse en el hueco que hay entre mi
asiento y el de delante.
Con un rápido movimiento de sus manos se deshace de mis bragas y
me coloca las piernas en sus hombros. De mi garganta escapa un
pequeño chillido cuando su lengua roza mi clítoris. Juega con el
para luego lamer mi sexo de forma rápida y voraz. Me muerdo los
labios intentando no gritar pero es muy difícil contenerse.
Una de sus manos aprieta mi cadera mientras los dedos de la otra
exploran mi interior. Intento no gemir muy alto cuando mi orgasmo
llega mojando su barbilla y el asiento. Sólo entonces se separa de
mí para volver a ocupar su sitio.
Yo intento recuperar el aliento pero él ya ha tomado mi mano y la
lleva hacia su entrepierna. Pudo ver como su sexo aprieta contra su
ropa formando un bulto bastante pronunciado. Desabrocho el botó y
bajo la cremallera lo suficiente como para que pueda sacar su sexo.
Es bastante grande y está tan duro y erecto que no puedo esperar ni
un segundo llevármelo a la boca y saborearlo. Consigo metérmelo
entero en la boca aunque haciendo un gran esfuerzo por contener las
arcadas. Él me sujeta por el pelo y gime cada vez que su miembro
llega hasta mi garganta. De un tiró me obliga a apartarme y me hace
que me levante.
Me coloco frente a él dándole la espalda y me sujeto firmemente
al asiento de delante al notar cómo su duro miembro se abre paso
dentro de mí. Me preocupa que los demás pasajeros que han ido
subiendo hasta ahora se giren y nos vean pues es demasiado difícil
mantenerse en completo silencio. Muevo mis caderas todo lo rápido
que puedo hasta que noto como su orgasmo me llena.
Poco después de llegar al éxtasis y todavía entumecida y
temblorosa llega mi parada y me dirijo tambaleante hasta la puerta
ante las extrañas miradas de los demás debido a mi forma de
moverme.
Las puertas se abren y bajo del autobús con el cuerpo cansado y
una sonrisa enorme en los labios.
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