Ni siquiera se cómo empezar a describir ésta sensación.
Atenaza mi corazón y paraliza mi cuerpo cuando pienso en lo mucho que conseguí
aquel día. Cuando pienso en tus manos acariciando mis pechos y tus labios
mordiendo la piel de mi cuello. Tu boca, ansiosa como jamás pensé que sería
conmigo, devoraba mi boca con húmedos y calientes besos. Nuestros pechos agitándose
acaloradamente por culpa de la respiración entrecortada y el rápido palpitar del
corazón.
Tu cuerpo, quizás no del todo sincero, me invita a disfrutar
de él como llevo tantos años deseando. Armada de valor pero sin perder del todo
la vergüenza que domina mis acciones, dejo escapar de mis labios un ruego que
ya has escuchado mil veces y que ahora puede que por fin me dejes cumplirlo.
Con una sonrisa te apartas de mi y dejas que me ponga de
rodillas. Con manos temblorosas desabrocho tu cinturón y dejo al descubierto tu
miembro duro y erecto como nunca pensé que estaría conmigo. Feliz y complacida
lo lamo hasta dejarlo totalmente cubierto de mi saliva.
Tus manos, firmemente asidas a ambos lados de mi cabeza me
empujan hacia delante. Separo mis labios y dejo que entre en mi boca. Es tan
grande que a duras penas consigo acomodarlo en mi garganta. No quiero
decepcionarte así que hago mi mayor esfuerzo para poder complacerte como
deseas.
Mueves tus caderas sin descanso ahogándome profundamente. El
silencio de la habitación se corrompe con el sonido de las arcadas y las
respiraciones aceleradas. Hago acopio de valor y levanto la vista para mirarte
a los ojos. No soy capaz de descifrar tu expresión pero siempre has sido un
hombre muy difícil de leer.
No importa, sólo seguiré dándote el placer que tanto quiero
mostrarte esperando que lo aceptes después de tanto tiempo.
Me ha gustado mucho, y también me ha excitado. Sigue escribiendo y haciendo que disfrutemos de tu imaginación, o tu realidad.
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegro mucho de ver que te ha gustado :)
EliminarGenial y fino
ResponderEliminar