Él está ahí, sentado, sin decir nada. Ella, a su espalda aunque
levemente girada hacia un lado para poder así pegarle la boca a su
oreja. Todo está en silencio hasta que ella comienza a susurrar...
- Voy a contarte un relato. Ella se encontraba junto a Él. Sus
pechos rozando su espalda. Le susurraba cosas al oído, cosas que
llevaba demasiado tiempo queriendo hacerle. Sus manos acariciaban su
cara y recorrían sus labios...
Mientras ella relata la historia sus manos se mueven al mismo
tiempo que las de la narración, jugando con él como lo hace la
mujer ficticia que describe. Ése es su juego de hoy. Y a Él le
encanta jugar.
- Después, poco a poco baja sus manos por su pecho a la vez
que lame su cuello. Juguetea con los botones de la camisa y, cada
vez que desabrocha uno de ellos, su boca se cierra en torno a su
cuello dándole pequeños mordiscos.
Un botón abierto, dos, tres... su cuello cubierto por una fina
capa de saliva, su miembro duro presionando contra sus pantalones...
- Ella consigue abrir por completo su camisa. Recorre su pecho
desnudo hasta llegar a su ombligo donde detiene su descenso. Desliza
la camisa por sus brazos para quitársela mientras sus labios
reparten besos en sus hombros y espalda.
La camisa cae suavemente hasta el suelo. Ahora nota mejor el calor
que desprenden su pechos al contacto con su espalda, sus carnosos
labios paseándose por su hombro le ponen la piel de gallina.
- Adelanta sus manso hasta dar con la hebilla de su cinturón.
Con dedos hábiles abre el cinturón y baja la cremallera de sus
pantalones. Por la abertura que queda observa como su miembro
abultada se marca notablemente a través de la ropa interior.
Ella sonríe y se relame los labios. Muerde el lóbulo de su oreja
y gime muy débilmente en su oído produciéndole un escalofrío.
- Ella, muy excitada, se despoja de su camiseta y, tras
desabrochar su sujetador lo tira al suelo junto a la camisea.
Aprieta sus pechos contra Él. El ambiente frío de la estancia, al
contacto con sus recién liberados pechos, hace que sus pezones se
endurezcan todavía más.
Él nota en la piel de su espalda la calidez y dureza la presión
de sus pezones. Un espasmo recorre su miembro poniéndolo más duro.
- Ella baja su mano hacia su miembro deseando rozarlo con los
dedos...
Cuando Ella intenta alcanzar su miembro Él la sostiene por la
muñeca deteniendo el avance de su mano. Tira de Ella y la coloca
delante de Él cambiándola de posición. Ella gira la cabeza
sorprendida ante tan inesperado movimiento pero sólo logra ver su
sonrisa antes de que Él le haga volver la cabeza con su mejilla.
- Ahora voy a ser yo quien cuente el relato.
Su respiración se agita haciendo que sus pechos se muevan y se
muerda el labio inferior.
- Él le acaricia el cuello con sus labios, calentando su piel
con su aliento. Posa las manos en sus caderas y las sube lentamente
por su costado. Cuando llega a sus pechos los rodea con las manos,
acariciándolos suavemente. Abre las manos y sus pezones se escapan
a través de los dedos. Entonces Él aprieta sus pechos con fuerza
pellizcando así sus pezones sin piedad.
Ella gime y arque su cuerpo echando la cabeza hacia atrás
recostándola sobre su hombro. Cierra los ojos intentando pensar por
un momento. Hace unos segundos tenía el control de la situación y
ahora está atrapada, sujeta por los pezones y totalmente bajo su
mando. Una especie de miedo se apodera de ella al darse cuenta de que
todo ha sido una ilusión que Él a consentido para que Ella pensar
que, por un momento, podía tener el control de la situación.
- Ahora Él baja las manos acariciando su tripa hasta llegar a
su abdomen donde se detiene un momento a escuchar su respiración.
Él cuela sus manos a través del pantalón y tira de ellos hasta
quitárselos. La agarra de los muslos para que flexione las rodillas
y así poder tocarla.
Ella comienza a temblar al sentir cómo sus dedos se acercan a su
sexo y consiguen rozarlo.
- Él cuela uno de sus dedos por su ropa interior y consigue
penetrar en su cálido y húmedo interior.
Comienza a moverlo y,
cuando está listo, empieza a introducir más dedos mientras que con
la otra mano pellizca sus pezones y muerde su cuello.
Ella gime sin descanso ante la rapidez de sus movimientos. Grita y
tiembla de placer al llegar al orgasmo el cual sale de su interior
con fuerza empapando su ropa interior.
- Él saca sus dedos de Ella y le da la vuelta para poder verle
la cara. Ahora le coge una de sus manos y se la coloca en el gran
bulto que sobresale de sus pantalón abierto. Ella lo acaricia con
sus dedos para después sacarlo de la ropa interior y sostenerlo
entre sus manos. Él acaricia por un instante su mejilla y poniendo
la mano en su nuca la obliga a bajar la cabeza y meterse su miembro
en la boca.
Ella recorre su sexo con la lengua de la base a la punta hasta
cubrirlo por completo de saliva. Ahora abre por completo su boca y lo
introduce en ella lentamente hasta el fondo. Después mueve su cabeza
cada vez más deprisa hasta que Él comienza a gemir. Entonces atrapa
la punta entre sus labios y succiona con fuerza a la vez que le
agarra el sexo con ambas manos. Cuando éste comienza a palpitar
aparta las manos y baja la cabeza hasta que los labios roza con la
base de su sexo una y otra vez.
En medio de un potente gemido Él la agarra por el pelo y la
obliga a apartarse. Sus mejillas están rojas y sus ojos llorosos.
Una visión de lo más excitante. Él le coloca una mano en el pecho
y hace que se tumbe hacía atrás. Agarra sus muslos y le levanta las
piernas hasta que la apoya en sus hombros. La punta de su sexo roza
con el de Ella mojándose.
- ¿Acabamos el relato?
Ella no dice nada pero en la súplica de sus ojos puede ver
claramente la respuesta.
- Entonces Él acerca su cuerpo hasta penetrarla.
Su sexo se deslizada con facilidad en el de ella. Con un golpe
duró y seco la hace suya hasta que los dos son incapaces de dejar de
gemir. Ya no hay relatos ni historias, solo gemidos y sudor. Las
embestidas son lo más profundas que puede ser mientras ella se
aferra con fuerza a sus trasero.
Él muerde su cuello y la agarra de las caderas al descargar su
orgasmo por fin. Sonríe y la sujeta por la barbilla.
- Quiero más relatos.
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