Cuenta

- Uno, dos, tres, cuatro...
- Sigue.
- Cinco, seis...siete...

La fusta cae sobre su trasero sin misericordia. Cuero contra piel. Negro sobre blanco. Dolor y placer se dan la mano en forma de rojas marcas sobre su nívea piel. La fierme mano del hombre guía la fusta con gran maestría hacia su destino arrancando gritos deliciosos al oído de cualquiera que sea capaz de apreciarlos.

Su trasero, exquisitamente expuesto reluce con el color rojo de las marcas que le deja la fusta.
Él se enorgullece de ella pues cumple sus exigencias a la perfección. Está de rodillas, con los codos apoyados en el suelo y las manos anudadas en la nuca. Mantiene la espalda arqueada ofreciéndole la parte de su cuerpo que Él está marcando.
El dolor y el placer se mezclan en una danza de azotes, lágrimas, sudor y gemidos.

- Ocho..n...nueve...diez...

Cada vez es más difícil llevar la cuenta. La humedad que palpita en su sexo no le deja pensar con claridad. Desea con todas sus fuerzas rogarle que introduzca su sexo dentro de ella, que le agarre con firmeza del pelo y tire de él con fuerza. Necesita sentir sus manos sobre su piel en lugar del frío cuero.

Pero sabe que no puede pedir nada ya que no quiere desobedecerle y hacerle enfadar. Por el momento seguirá contando y disfrutando de lo que Él le ofrece pues sabe que si se porta bien tendrá su recompensa.

Si te a gustado, por favor, dale al botón de "Me gusta". Gracias :) "